Se inicia el proceso de acompañamiento y preparación de la salida de la comunidad religiosa aragonesa que dejará paso al funcionamiento como una obra salesiana de gestión laical. Los religiosos salesianos continuarán presentes en los proyectos educativos y pastorales de la casa, pero sin la existencia de una comunidad religiosa en la localidad montisonense.
En la tarde del 22 de octubre se anunció la suspensión de la comunidad religiosa de Monzón tras un encuentro celebrado entre Ángel Asurmendi, Provincial de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, los salesianos y el consejo de la Comunidad Educativo Pastoral.
La decisión forma parte del discernimiento llevado a cabo por el Consejo Inspectorial dentro del contexto de revitalización del carisma iniciado en 2014 para las presencias salesianas de España. Esta compleja decisión cuenta con las orientaciones del Rector Mayor de la Congregación que animaba a “seguir con el proceso de reestructuración y diseño de las presencias de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora”.
A partir de ahora comienza el acompañamiento y la preparación para que en el curso 2021/22 la casa comience funcionar como una obra salesiana de gestión laical. La salida de la comunidad religiosa será comunicada a las diferentes autoridades eclesiásticas y civiles aragonesas destacando que, aunque no exista comunidad residente en la localidad a partir del próximo curso, los proyectos educativos y pastorales de la casa continuarán adelante.
“Requerirá discernir cómo se concretará la organización y el funcionamiento de los diferentes órganos de animación y gestión que ya existen o la creación de otros nuevos, así como la presencia de algún salesiano para labores de acompañamiento y animación pastoral. De esta forma, la casa salesiana de Monzón comenzará a funcionar siendo una obra de gestión laical, como ya lo hacen otras de la Inspectoría. Contad con el acompañamiento del Consejo Inspectorial y los servicios inspectoriales para este proceso”, compartía Asurmendi tras la comunicación oficial.
Los proyectos construidos desde Monzón por la comunidad salesiana junto a los seglares a lo largo de siete décadas de vida seguirán adelante para mantener su compromiso con la educación y evangelización de las futuras generaciones. Un proyecto que nació bajo el anhelo de don José María Peñaranda y Barea para que los salesianos se hicieran cargo de una escuela de enseñanza elemental y de formación profesional para los hijos de los obreros y que hoy ofrece caminos de futuro a los jóvenes. Una presencia salesiana que seguirá con las puertas abiertas dando respuestas a las necesidades que los nuevos tiempos presentan con la guía de María Auxiliadora y el trabajo de todas las personas que forman la familia salesiana en Monzón.