Por Ángel Moraleda Pérez
Nueve candidatos a novicios de Croacia, uno de Portugal y cuatro de España se han encontrado en el Colle Don Bosco, en Castelnuovo Don Bosco (Italia), para realizar un curso intensivo de italiano y hacer una experiencia de vida comunitaria de seis semanas. Entre finales de junio y julio los prenovicios asistieron a lecciones online con los docentes para realizar el curso presencial hasta el 6 de septiembre, cuando el grupo iniciará el noviciado en Colle Don Bosco y otro en Genzano di Roma. Este año en Italia se cuentan 23 prenovicios, que iniciarán el noviciado el 8 de septiembre.
«Por la mañana, desde las 6:45 hasta las 8:00, tenemos el rezo de las laudes, la meditación y la eucaristía diaria. A las 8:00 comienza el desayuno y a las 8:30, hasta las 10:15, tenemos las primera sesión de clases de la lengua italiana. Desde las 10:30, tras una pequeña parada para tomar un café, continuamos con el segundo turno de lección hasta las 12:25», comparten desde Italia sobre el inicio de cada jornada.
«Tras finalizar las clases tenemos la comida, de 12:30 a la 13:00 aproximadamente. Después viene un periodo de descanso hasta las 14:30, hora en la cual comenzamos el estudio personal hasta las 16:00 de la tarde. Después tenemos 30 minutos de receso y a las 16:30 comienza el segundo momento de estudio individual hasta las 18:00. Tras lo cual tenemos una hora de tiempo libre para, a las 19:00h, estar listos para el rezo de las vísperas. A las 19:30 es la hora de la cena y a las 20:30 el rezo del rosario, luego un momento de tiempo comunitario y a las 22:30 silencio mayor, es decir, todos a la cama», añaden los participantes sobre la dinámica habitual de la jornada.
Aunque esta experiencia tiene mucho más de lo que se describen en estas pequeñas líneas, pues no sólo es estudio y oración, lo cual supone muchísimo a todos los niveles, sino que además es una vivencia intensa de la vida salesiana, un encuentro entre culturas, una vivencia muy fuerte de la universalidad y riqueza espiritual y humana de la Iglesia, pero sobre todo y ante todo, se trata de una oportunidad única de compartir con otras personas que siguen el camino que se va caminando, consiguiendo a través de todas ellas en este maravilloso lugar, por el cual San Juan Bosco vivió y creció junto con Mama Margarita los primeros años de su vida, crecer a nivel espiritual, eclesial, comunitario, humano y vivencial.
«Todo ello se une a la riqueza que supone el aprendizaje de otra lengua la cual te permite comunicarte más y mejor con un mayor número de personas. En esta experiencia nos encontramos personas de diferentes países. Por este motivo la experiencia que se vive es excepcional y única, pues todos ellos te aportan la riqueza espiritual y humana que cada uno lleva dentro de sí», añaden.
Unas breves palabras que suponen un pequeño retazo de lo que diariamente pueden vivir y sentir los participantes en este lugar tan hermoso y tan lleno de significado para toda la Familia Salesiana y para todo aquél que se siente atraído por la figura tan gigantesca de San Juan Bosco.
«Sólo me queda animar a los jóvenes que se pongan a la escucha de la llamada de Dios, pues Él no os ha olvidado, Él esta ahí y cuenta con vosotros, poned la oreja y el corazón bien abiertos porque os habla a través de la Iglesia, de los sacramentos, de la oración, de las personas, de la realidad que os rodea y en definitiva de su creación y de la Iglesia, por eso te digo a ti joven: estate atento a Dios te esta llamando ¿se lo vas a coger o le vas a colgar? Escucha su llamada y respóndele, no te arrepentirás créeme», comparten.