Por Salvi Macías
Innovación, seguridad sanitaria, distanciamiento físico y acción en lo local. Con este enfoque la Confederación Don Bosco de Centros Juveniles de España reclama una mirada más amplia hacia las necesidades de la infancia y la juventud durante este verano y de cara a la normalidad a la que se enfrenta la sociedad tras la crisis sanitaria de la COVID-19.
Las previsiones apuntan a que este año alrededor de 10.000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes se sumarán a las actividades del verano en positivo de los centros juveniles de Salesianos e Hijas de María Auxiliadora. Unas iniciativas que son posibles gracias a la colaboración de 1.500 personas voluntarias que ofrecen su tiempo libre para estar al servicio de los demás.
Ante el contexto actual, la Confederación Don Bosco cree que la actividad ordinaria de acompañamiento y ocio y tiempo libre debe reinventarse y reorientarse a lo local. Reinventarse en el sentido de adaptarse a las actuales necesidades de los niños, niñas y adolescentes y su entorno, y apostando por hablar de un distanciamiento físico y no social, por el tiempo libre como ámbito educativo, y por actividades sin pernocta ni desplazamiento. Asimismo, defienden que es el momento de poner el foco en lo local, actuando en los barrios y pueblos, dando soluciones adaptadas y teniendo el centro juvenil como punto de referencia.
La propuesta de la Confederación pasa por adaptar, rediseñar e innovar en sus actividades, haciendo compatible la realidad de la infancia y la juventud con las medidas sanitarias e higiénicas establecidas. En este contexto, lanzan la campaña “Verano en Positivo”, que tiene como objetivo visibilizar todas las actividades que están realizando en los centros juveniles; facilitar recursos para un ocio saludable y ecológico; transmitir a las familias y destinatarios un mensaje de calma y confianza en las actividades que se realicen en verano; motivar a los centros juveniles a que no detengan su actividad; y dar a conocer su propuesta de valor.
Con esta campaña (#VeranoEnPositivo), la Confederación Don Bosco defiende que la apuesta de los Centros Juveniles Salesianos es la de no quedarse quietos, trabajando en lo local, desde la responsabilidad, poniendo siempre en el centro a la persona y sus necesidades, atendiendo de manera especial a los jóvenes en riesgo de exclusión. Asumen las limitaciones marcadas por las diversas normativas no para decretar el cierre de las actividades, sino para hacer que estas sean para la juventud una experiencia positiva, un año más. Apuestan por un verano en positivo.
Con el fin de aportar soluciones e ideas, la Confederación Don Bosco propone:
- Buscar alternativas viables y seguras que permitan acompañar educativa y pastoralmente este excepcional verano
- Potenciar el trabajo desde lo local y evitar la pernocta y el desplazamiento territorial de las actividades de verano.
- Enfocar el distanciamiento desde un concepto “físico” en vez de “social”, ya que consideran que no podemos romper el desarrollo social de los menores y todo lo que ello implica.
- Asegurar el acceso al ocio como herramienta para la educación de los jóvenes y la infancia.
- Tener en cuenta las necesidades de los menores a la hora de establecer medidas de cara al desconfinamiento y la nueva realidad.
- Incidir en un trabajo de homogeneización de las normativas de las diversas Comunidades Autónomas, que son quienes tienen las competencias en materias de ocio y tiempo libre educativo, para que el trabajo de las entidades sea más efectivo y claro.
- No limitar el número global de participantes en las actividades, sino vincularlo al aforo o capacidad del espacio donde se desarrollen.
- Reclamar que diferentes espacios públicos o privados se puedan poner a disposición de las entidades de ocio y tiempo libre.
La Confederación considera que durante esta crisis sanitaria, se ha dejado a un lado a los niños, niñas, adolescentes y sus familias a la hora de establecer medidas o tomar decisiones. Conscientes de que las realidades a las que dar respuesta son numerosas y pide que no se desatiendan las que incumben a la infancia y la juventud.
Como parte de su responsabilidad y carisma, la Confederación Don Bosco seguirá atendiendo a la infancia y a la juventud pese a los retos y dificultades que esta pandemia está planteando, y confía en convertirlos en una oportunidad para promocionar, atender y acompañar al joven, con la convicción de que las necesidades generadas por la situación actual (emocionales, educativas, sociales, económicas y de alimentación) hacen que la labor de las personas voluntarias, salesianos e hijas de María Auxiliadora, sea totalmente necesaria. Hoy la frase de Don Bosco “de la sana educación de la juventud, depende la felicidad de las naciones” pesa más que nunca en los corazones de todos los que forman la Confederación.