¿Adiós a Dios?. Con esta pregunta se me presentó el CampoBosco 15 ‘. La primera sorpresa que me ofreció fue la gran cantidad de jóvenes que nos reunimos en Andorra, casi 200 personas juntas en un fin de semana haciéndonos esta misma pregunta.
Pero no creáis que ha sido un fin de semana aburrido, ¡sino todo lo contrario! Hemos estado acompañados por los miembros del Nomás, quienes nos presentaron su Expoagnóstica. Esta Expoagnóstica nos presentaba varios discursos en los que no dejamos cabida a la espiritualidad, en los que negamos a Dios.
Aprovechando los momentos de silencio seguía dándole vueltas: ¿Adiós a Dios? … Y es precisamente en estos momentos de silencio donde uno puede escuchar mejor. Es cuando uno es consciente del sentimiento de familia tan característico que tenemos los salesianos, de aquella amorevolezza que decía Don Bosco. Es precisamente en este amor, esta confianza, esta entrega a los demás sin medida, donde Dios se hace presente.
A veces, necesitamos subir a lo alto de la montaña para verlo, pero no nos podemos quedar ahí, tenemos que bajar y aplicarlo en nuestro día a día, ser conscientes de que su amor siempre estará con nosotros si le queremos dejar lugar. En fin, ¡a estar siempre alegres!