El tráfico de menores es la "esclavitud del siglo XXI" , uno de los retos para África pero también uno de los "problemas globales más complejos que ocurren en todo el mundo" por su carácter mafioso, según la portavoz de Misiones Salesianas, Ana Muñoz, representante de una de las ONG que trabaja en Benin.
Esta ha sido la tesis central que se ha tratado en la conferencia, organizada por la ONG internacional Global Network for Rights and Development (GNRD) para denunciar que cada año 400.000 menores son vendidos por las mafias para dedicarse a la prostitución o la esclavitud doméstica.
La pobreza, la vulnerabilidad de las familias, la ausencia de Estado y la impunidad son los factores que sirven como caldo de cultivo para que las mafias se acerquen a las familias con la promesa de un futuro mejor para sus hijos, para que luego les espere un presente de esclavitud y malos tratos, se ha advertido en la jornada celebrada hoy en el centro cultural Bancaja de Valencia.
"Hay bastante legislación sobre el tráfico de menores pero no es suficiente, ya que el Código Penal no es muy claro y es difícil tomar medidas. Por ello es necesario que las leyes se apliquen y, para ello, necesitan de una partida presupuestaria", según Muñoz.
En el acto se ha proyectado el documental "No estoy en venta", sobre experiencias de niños recogidos por el Centro Don Bosco de Benin, adonde acuden más de 200 niños al año y donde intentan prevenir a las familias e identificar al traficante.
"Un educador interceptó un taxi con doce niños que iban hacia Nigeria", ha recordado Muñoz.
El tráfico de menores es el tercer negocio ilícito que más beneficio produce en el mundo, según Misiones Salesianas, mientras desde GNRD se estuna que la trata de personas mueve alrededor de 10.000 millones de dólares anuales.