¿Te imaginas un mundo sin misioneros? Tan sólo en lo que llevamos de año los misioneros salesianos han atendido a 450.000 personas en situaciones de emergencia como Myanmar o Nepal. Sin ellos, habría 2.000 personas vagando por las calles de Sudán del Sur, más de 200 huérfanos por causa del ébola en Sierra Leona no habrían sido atendidos, los jóvenes de Siria no tendrían un lugar seguro en el que poder jugar, cientos de personas vivirían en las calles de Centroafricana… y así miles de personas en 133 países de todo el mundo.
Misioneros, voluntarios, profesores, psicólogos, catequistas, animadores, trabajadores sociales… Todos intervienen en la labor que realiza Misiones Salesianas. Pero para que ellos puedan ayudar, animar, acompañar, educar… es necesario que estén formados, que sepan cómo actuar en cada momento. La inversión en formación es una inversión en futuro y más si se invierte en la formación de una persona cuya vocación es la de servicio a los más pobres. Ellos están en la primera línea de batalla y no basta con tener buena voluntad, la calidad de la asistencia que ofrecemos a los que más nos necesitan tiene que ser excelente.
En cualquier institución y, en concreto, en una como la Salesiana que está especialmente enfocada a la educación de niños, niñas y jóvenes, la riqueza más importante son las personas. Con un buen equipo es posible alcanzar las metas propuestas e incluso superarlas. Con un equipo pobre, cualquier proyecto está abocado al fracaso.