Según la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), organización que agrupa a los obispos europeos con el fin de examinar la política y la legislación de la Unión Europea, la acogida a los refugiados “implica directamente los valores y el futuro de Europa". De ahí la invitación a los Estados, del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a "compartir la responsabilidad".
"Una solución europea común". Esta es la receta propuesta por la COMECE sobre la crisis de los refugiados. Obispos europeos han emitido un comunicado el 9 de septiembre sobre "la situación actual de los refugiados y el debate sobre la política europea común de inmigración y asilo". De acuerdo con la COMECE, que se ha evidenciado el fracaso del Tratado de Dublín, ya que desconecta algunos países de sus responsabilidades, los Estados deben "compartir la responsabilidad" y "trabajar juntos para una solución". Por otra parte, señala el documento, la Unión Europea está "fundada en la solidaridad entre los europeos".
Para los obispos no debe ser aceptado que "hombres y mujeres mueran ahogados o asfixiados en las fronteras de Europa". Y que "impedir a los refugiados que entren en el continente con alambre de púas y muros no es una solución". Un llamado además, también para los cristianos, para quienes "es un deber acudir en ayuda de los refugiados, cualquiera sea su origen o su religión".
En el documento se cita el discurso de Papa Francisco en el Ángelus del 6 de septiembre: "este llamado obliga a la Iglesia en Europa a actuar" subrayando a los prelados, los cuales también observan que "si se es capaz de resolver la crisis económica a través de cumbres extraordinarias, día y noche, entonces debe ser posible hacer lo mismo cuando están en juego el destino de tantos hombres y mujeres".
La cuestión de los refugiados, subrayó la COMECE, "afecta directamente a los valores y el futuro de Europa".
(Traducción, Andrés Felipe Loaiza, SDB)