Con ocasión del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco, la escuela salesiana de Kenitra, en Marruecos, ha publicado un libro titulado ”El hombre que dio la vida por los jóvenes”. Fue escrito en árabe por un profesor de esta lengua, Mohamed Habhouh; tuvo una gran presentación y ha sido bien acogido por los padres, los chicos y miembros de la comunidad educativa.
“El libro del profesor Habhouh es original: tiene el estilo de las “florecillas” y lo pueden leer tanto niños como adultos que quieran conocer los principios educativos de Don Bosco. Nos proponemos que este libro sea conocido y utilizado como referencia para vivir el espíritu de Don Bosco en un contexto cultural muy diverso de aquél en el que vivió. Gracias al profesor Habhouh por su amor a Don Bosco y su interés por hacerlo amar y apreciar en el ambiente musulmán”, comenta José Vega, Director salesiano de la comunidad de Kenitra.
El Padre Vega también entrevistó al profesor Habhouh.
P – ¿Desde hace cuánto conoce a Don Bosco?
R – Trabajo en la Escuela Don Bosco de Kenitra desde 1990, y poco a poco he descubierto a Don Bosco, sobre todo en los últimos años, gracias a los Salesianos, que han organizado conferencias y encuentros sobre la aplicación de su pedagogía.
P – ¿Qué le motivó a escribir este libro?
R – Lo que me ha impactado es el diálogo, la actitud con los niños, el amor por el trabajo profesional y la preocupación por todos los estudiantes, la importancia de la educación en todos los contextos… Para mí, Don Bosco es el ejemplo de un verdadero educador y de un hombre de religión. Quisiera que todas las personas religiosas, cualquiera sea su religión, tomaran a Don Bosco como ejemplo.
P – Usted es profesor árabe y musulmán. ¿Cuál es el aporte de Don Bosco a la educación de los niños musulmanes?
R – El amor a Dios, el diálogo, la presencia del educador, la alegría, la tolerancia, la amabilidad, el Sistema Preventivo.
P – ¿Cuál es su consejo a los padres, colegas profesores y niños?
R – Amar siempre los niños, acercándose a ellos para conocerlos y guiarlos mejor. A los padres, entrar en confianza con los educadores y tener el mismo diálogo con los niños. Tener siempre la esperanza por el futuro de cada uno, y vivir el presente con alegría y optimismo.