“Yo he podido acabar el año escolar gracias a Don Bosco. En otras escuelas se han cerrado las puertas porque los profesores no venían o porque las clases fueron saqueadas por los rebeldes. Nuestra escuela pudo ser guardada y los profesores retomaron los cursos cuando se reunieron las circunstancias para continuar. Al final hemos podido hacer todo el programa escolar aunque el colegio acabó algunos meses más tarde.
En Bangui la mayoría de jóvenes no van a clase porque las escuelas no pueden abrir todavía. En las escuelas públicas los profesores no son pagados y muchos centros deben ser reconstruidos. En otros centros se espera que la paz se consolide. Yo tengo suerte de poder ir a clase ya desde principios de octubre. En la escuela he podido estar con mis amigos y también hemos hecho fiestas y debates. Si continuamos todo el año podré aprovechar este año aunque haya dificultades en la calle y en mi casa. Tengo mucha suerte de poder ir a clase. Tengo amigos que están en casa o en la calle desde hace meses y no saben qué hacer ni a dónde ir.
El Centro tiene también patio y los muros nos permiten estar en seguridad. Tenemos profesores, mesas y las clases están limpias. Nos faltan libros y no tenemos electricidad pero los Salesianos nos insisten que hagamos como Don Bosco que luchó para salir adelante. “