Apelando a razones de profunda raigambre evangélica, don Cristóbal expone a sus hermanos salesianos los sentimientos y actitudes que vivió en persona al tener que dejar su etapa como inspector en Bolivia y empezar una nueva en España. Resume su vivencia en este tríptico: “Por la fe, en la esperanza, para el amor”.
El Padre Inspector apela a la fe para dejar “lugares y situaciones ya conocidos, para responder a la nueva llamada que Dios nos hace a través de la Congregación”. Invita a vivir estos acontecimientos personales y comunitarios “con el ancla de la esperanza bien echada en el mar de Jesucristo” e pide también a los salesianos de la inspectoría que se amen los unos a los otros y sean profetas de fraternidad, pues sin esta dimensión, “nuestro servicio a los jóvenes sería un activismo sin fundamento ni sentido”.
En una segunda parte de su carta, don Cristóbal afirma que todavía es pronto para poder presentar un proyecto inspectorial, pero ya se perfilan algunos objetivos tales como crecer en fraternidad, cuidar la formación y la renovación continua junto con los laicos, revitalizar la actitud misionera y abrir nuevos frentes en las periferias.
Aborda a continuación los cambios de personal, indicando que el principal es el que empieza por uno mismo y que los cambios geográficos y la nueva composición de las comunidades son secundarios. Pide que los cambios se acojan con espíritu de fe y obediencia salesiana, es decir, “pronta, alegre e incondicional”. Invita a los salesianos de la inspectoría a “cambiar de chip”: “más allá de toda geografía, nos interesamos por todas y cada una de las comunidades y por todos los hermanos”, afirma el Inspector. Por razones pragmáticas, se hablará de zonas: zona norte, zona centro y zona sur, que coincidirán fundamentalmente con las antiguas inspectorías, pero siempre recordando que “hay zonas, pero no fronteras”.
Termina su carta circular don Cristóbal López con algunas noticias de interés, entre las que destacan las ordenaciones diaconales y sacerdotales en este mes de junio de tres salesianos de la nueva Inspectoría María Auxiliadora.