Nataly tiene 19 años. Su nacimiento se adelantó dos meses debido a la enfermedad que sufría su madre. Ella vive en una zona muy humilde de Ecuador y tuvo que sacrificarse para superar la discapacidad en sus piernas que la acompaña desde que nació. Gracias a los Salesianos, en la actualidad realiza una vida normal y su testimonio de sacrificio es un ejemplo para los menores que atraviesan por dificultades en su país.
Nataly nació en la comunidad de Pesillo. Su madre sufría un cáncer cuando estaba embarazada y pareciera que fue la causa de que el parto se adelantara dos meses. Llegó al mundo con solo siete meses y todas las circunstancias que rodearon a su embarazo la afectaron de tal manera que nació con un problema en los pies, ya que nació con ellos torcidos.
Comenzó a caminar a los cuatro años y esa circunstancia le impidió jugar y desarrollarse a la vez que otros menores de su edad. Su madre la llevaba siempre para que hiciera rehabilitación, pero cuando tenía dos años falleció y dejó de recibir asistencia sanitaria para su problema.
Sus problemas aumentaron cuando su padre se fue con otra mujer y ella tuvo que irse a vivir con su abuela, una mujer mayor y muy humilde que no podía llevarla a que continuara su rehabilitación.
Hace dos años, una tía de Nataly la llevó a la clínica salesiana Mitad del Mundo, donde le hicieron una radiografía y pasó consulta con el traumatólogo. Allí le detectaron un tumor en su pierna izquierda y la tuvieron que operar. Habían pasado 15 años desde su última visita al médico y a la familia le tocó reunir dinero para poder operarla. Sin embargo, la “Casa Campesina” de los Salesianos también la ayudó para que pudiera ser intervenida quirúrgicamente.
A partir de ese momento empezó a acudir a la clínica salesiana para la rehabilitación y comenzó a caminar mejor y sin dolores. Ha empezado a correr y se siente más segura y estable. Además, ir a terapia la ha ayudado a relacionarse con otros menores y jóvenes de su edad y se muestra agradecida a los Salesianos por la ayuda para empezar a una nueva vida tras las atenciones recibidas en la Maternidad y en la Casa Campesina.