Las palabras del P. Inspector para concluir la asamblea capitular fueron muy distintas al tono protocolario que alguien pudiera esperar; el pasado sábado 27 de abril en Martí-Codolar, Barcelona, Ángel Asurmendi, visiblemente emocionado durante unos momentos, supo contagiar este noble sentimiento a toda la asamblea cuando puso como ejemplo al salesiano Antonio César Fernández, recientemente asesinado en Burkina Faso, de quien destacó su alegría, servicio, cercanía a los jóvenes, sobriedad de vida, inculturación y docilidad al Espíritu: virtudes todas que deseó como fruto del Capítulo Inspectorial: “Hermanos, miremos a los jóvenes y repitamos estos comportamientos que brillaron en nuestro hermano César”. El aplauso de la asamblea capitular fue largo y cálido.
Antes de este parlamento final, la asamblea había estudiado el Plan de animación y gobierno del Consejo Inspectorial, con una serie de conclusiones y líneas operativas aprobadas por amplia mayoría en una votación de carácter consultivo. Hubo tiempo también para la exposición de un comunicado del P. Inspector sobre la protección de menores y la relación final del Regulador del Capítulo, Miguel Ángel Álvarez Paulino, quien expuso todo el itinerario recorrido hasta llegar a este final.
Tras la Eucaristía de clausura, los salesianos y laicos participantes se despidieron y partieron hacia sus lugares de origen, en no pocos casos con largos viajes por delante. El próximo Capítulo de la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora se celebrará dentro de tres años, según señalan las Constituciones Salesianas.