Mario Martín, un joven valenciano que llega a la tierra de Don Bosco por primera vez, resume así sus sentimientos:
Aquí, en este Campobosco 2018, me he podido emocionar, sentir el Evangelio en mi carne y también la vida de Don Bosco. Es un regalo que, a lo largo del tiempo, miles y miles de jóvenes nos concentremos en este lugar, que me da y nos da la fuerza y aliento para seguir haciendo realidad nuestros sueños. Entregando nuestra vida en favor de millones de jóvenes, que como mis compañeros y yo, tienen rostro para el Padre. Agradecer al Señor estos días es motivo de alegría y felicidad expresadas al mejor estilo salesiano.
Los casi 650 jóvenes participantes en esta edición del Campobosco rezamos en comunidad, en pequeño grupo y también de forma individual, visitamos los lugares que vieron surgir el sueño de Juan Bosco. Para nosotros es un honor pisar esta “Tierra Santa Salesiana” y sentirnos tan bien. Son días que calan en nuestra alma y que nos harán dar testimonio de todo lo vivido en nuestras casas salesianas de origen.