Rocío del Valle Díaz Fernández, natural de Almonte (Huelva, 1964), es Salesiana cooperadora de Triana y coordinadora de formación de la Escuela Don Bosco de Tiempo Libre, primera Escuela de Monitores de Tiempo Libre de Andalucía desde 1990, desde donde lleva media vida acompañando a los jóvenes ofreciendo propuestas formativas creativas. Cada año trata de cultivar en las diversas generaciones una opción por la Educación del Ocio y el Tiempo Libre desde una escuela que «educa evangelizando y evangeliza educando».
¿Cómo vives tu vocación desde la Escuela Don Bosco?
La primera palabra que me viene a la cabeza y que define mi vocación es la entrega incondicional a mis chavales. Disfruto con su presencia. Me dan vida.
¿Una experiencia salesiana que marcara tu trayectoria?
Como salesiana cooperadora la experiencia que marcó el punto de inflexión en mi vida cristiana fue un Salesiano (en aquel momento), mi profesor de Filosofía en COU, Teófilo Portillo. El compartir muchas tardes y fines de semana con los jóvenes de la casa de acogida de la que él era responsable y su entrega sin reserva a ellos, me hizo descubrir y grabar el valor de las palabras de Don Bosco en mi corazón: “hasta mi último alientos será para ellos”.
¿Qué aporta a tu día a día ser salesiana cooperadora?
En hacer siempre mi trabajo pensando en el bien de ellos, en formarlos, en orientarlos, en acompañarlos en el trozo de camino que recorren desde que entran la primera vez por las puertas de la Escuela Don Bosco hasta que vuelan solos con la alforja bien cargada de conocimiento, habilidades y competencias profesionales; pero sobre todo con la huella de espiritualidad salesiana que transforma sus vidas.
Lee la entrevista completa en SMX 35, la revista para la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora