Desde la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora se comunica que este 12 de febrero, hacia las 3 de la madrugada, ha fallecido, en el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, el hermano salesiano sacerdote don Jesús Borrego Arruz. Fue ingresado el pasado viernes, detectándosele un principio de neumonía, anemia e inicio de problemas cardiovasculares, todo lo cual se fue agravando hasta llegar al desenlace final. Tenía 91 años de edad y había cumplido los 73 de salesiano y los 64 de sacerdote.
En la tarde del lunes, a partir de las 20:00, tendrá lugar una misa de cuerpo presente en el Carmen.
Su funeral tendrá lugar el martes 13 de febrero, a las 11:30 en la capilla de Ntra. Sra. del Carmen de la casa de Utrera. El velatorio se encuentra en la capilla de la comunidad.
Don Jesús nació en Parada de Rubiales (Salamanca), el 8 de septiembre de 1926. Hizo el Noviciado en San José del Valle donde profesó el 16 de agosto de 1944. Allí mismo cursó el primer año de filosofia (1944-45), seguido del segundo año en Utrera-Consolación (1945-46). El tirocinio lo hizo en Sevilla-Trinidad (194-47) y en Algeciras (1947-49). Cursó sus estudios de teología en Madrid-Carabanchel (1949-53), y se ordenó de sacerdote en Madrid, el 28 de junio de 1953. Desde entonces ha venido desarrollando su labor pastoral en Alcalá de Guadaíra (1953-54); Roma-Sacro Cuore (1954-56); Posadas (1956-63); Sanlúcar la Mayor (1963-65 y 1978-81); Sevilla-Colegio Mayor (1965-73); Roma-Casa Generalicia (1973-76 y 1981-95); Sevilla-CEC (1976-78); Sevilla-Teologado (1995-2003); Morón de la Frontera (2003-13) y en Utrera desde 2013 hasta el día de su fallecimiento. Fue consejero inspectorial (1978-81) y miembro del Instituto Histórico Salesiano (ISS) desde 1985 a 1995. Entre otras, publicó las obras, «Cien años de presencia salesiana en Sevilla-Trinidad» y «Los hombres de nuestra historia centenaria: semblanzas de los salesianos fallecidos en la Inspectoría Bética de María Auxiliadora, 1881-2002».
Que el Señor Resucitado acoja con ternura al hermano Jesús entre todos aquellos que han entregado su vida a la misión salesiana, y que María Auxiliadora, a la que tanto amó, lo acoja con el cariño de Buena Madre del cielo.
Descanse en paz este salesiano sencillo, bueno y ejemplar.