Ponencia en video D. Attard: https://www.youtube.com/watch?v=po-IKGGPuzA
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La propuesta de Fabio Attard ocupaba la primera parte de la mañana. El tiempo de trabajo había sido precedido por un momento de oración reconociendo que “solo Dios nos conoce plenamente”. El Consejero para la Pastoral Juvenil ofreció una visión de las propuestas que la Congregación ha ido haciendo sobre Pastoral Juvenil y Familia desde el Capítulo General Especial (CGE 1971) hasta nuestros días.
“La familia es el lugar de la primera educación, y en este sentido Fabio Attard destacaba como ya se había recogido en el CGE del que había hecho referencia que: “la tarea de nuestras comunidades es procurar mantener con los padres una colaboración y entendimiento profundo en la común responsabilidad y acción, la educación de los jóvenes”.
Afirmaba que la pastoral familiar no debe ser una actividad, sino que forma parte del proceso, de la educación y la evangelización, como lo resumía una de las personas participantes: “La Pastoral Juvenil sin familia no es una auténtica experiencia pastoral”.
A lo largo de su exposición y su recorrido por los documentos de la Congregación y las Cartas de los Rectores Mayores (D. Viganó, D. Pascual Chávez y D. Ángel Fernández Artime), destacaba tres conceptos repetidos: participación, protagonismo pastoral, formación y acompañamiento, éste último claramente definido como acompañamiento vocacional y, en palabras textuales “implicando a la familia, como primer lugar de crecimiento vocacional (…) algo que no hemos sabido hace en algunas ocasiones”.
El reto que debemos afrontar
Para llegar hasta la propuesta que Fabio Attard realiza, durante el tiempo previo al Congreso, se ha trabajado en un análisis de la realidad en todo el mundo salesiano, la percepción del matrimonio y la familia, la pedagogía, la integración de todo el trabajo pastoral y el modelo de acompañamiento.
El Consejero ha destacado en varios momentos un punto débil en lo que se refiere a la formación de los agentes de pastoral, es necesaria, decía, “una mayor y mejor formación”. Destacó que, en un contexto plural en lo religioso, social y en el ámbito sexual, es necesario un mayor acompañamiento cualificado. Apuntó que, en esa época de crisis, "horizontal y vertical, que afecta al sentido de la presencia de los otros y de Dios", es importante proponer el espíritu de familia como una "categoría existencial".
Para el Consejero General de pastoral juvenil, la pastoral familiar "no es una actividad, sino que es un proceso", y que debe integrarse dentro del proyecto inspectorial.
Fabio Attard concluyó su ponencia señalando el horizonte hacia el que caminar en este campo destacando la importancia de poner a los jóvenes en el centro de la pastoral juvenil, proponiendo caminos y procesos enriquecidos con la reflexión de todos -aludió aquí al trabajo en los grupos durante este congreso- para crear ecosistemas educativos, y apeló al gobierno y la animación, para detectar las urgencias pastorales de cada contexto y dar respuestas. Insistió, para terminar, en la importancia de la "política de los pequeños pasos", hacer poco, pero no dejar de hacerlo.
Un momento importante del Congreso es la presentación de “Buenas Prácticas”, experiencias que ya se están realizando en diferentes partes de la Congregación centradas en el trabajo pastoral con familias. Experiencias de todo tipo, como el trabajo en Chennai (India) para la integración de jóvenes con HIV; los centros de atención a familias en Bratislava, o la Alianza educativa para acompañar a familias y jóvenes de Turín, diferentes experiencias de formación de padres en New Rochelle (EE UU), Dingi (Malta) o Macao (China). También las españolas “Pastoral en Zapatillas”, itinerario y fichas de vida cristiana para las familias editadas por Edebé , o el trabajo con grupos de padres de Madrid.
La segunda jornada del Congreso SYMFAMILY17 concluyó con la celebración de la eucaristía presidida por Mons. Bruno Forte quien, en su homilía, se refirió a Don Bosco como un “soñador que sabía soñar el sueño de Dios para los jóvenes”. El prelado señaló que “lo que cuenta no es lo que puede dar cada uno de nosotros, si no dar todo lo que somos; Dios no nos pide algo nuestro, si no a nosotros mismos”.