La carta a los Reyes de los jóvenes para la Iglesia

16 noviembre 2017

Terminamos nuestro monográfico sobre Jóvenes e Iglesia con motivo de la celebración del Sínodo de los Jóvenes preguntándoles cuál es su deseo profundo para la Iglesia, qué petición le hacen como colectivo, ¿como la sueñan para mañana? Añadimos una última cuestión, ¿si tuvieran enfrente el papa Francisco, qué le dirían?
 
Héctor Ganivet, del obispado de Sant Feliu de Llobregat, recuerda una imagen del Evangelio Gaudium, la de las "personas cántaro". Ganivet pide una Iglesia que sea "espacio de acogida, para dialogar, para el encuentro, para saber cómo está cada uno, una Iglesia asertiva, que sepa dialogar con el otro, que vaya al encuentro". Y al mismo tiempo, aboga por una Iglesia sencilla, "como la típica vecina de la escalera a la que todo el mundo ama, me gustaría que la Iglesia tuviera ese rostro".
 
La siguiente carta a los Reyes surge de Manu Olid, del Movimiento Juvenil Salesiano. Olid pide una Iglesia, y sobre todo pensando en la Curia, "más acompañante y que diera más protagonismo a los jóvenes y no una Iglesia que sale adelante sola". Una de las luchas y grandes discusiones que tienen con los sacerdotes cercanos, explica Olid, es que no es necesario que ellos estén siempre delante. Olid reclama una Iglesia "que deje ser protagonista del proceso de cambio o del proceso de crecimiento de la Iglesia y que a la vez acompañe".
 
Este joven andaluz no renuncia a la historia y el pasado de la Iglesia, "la historia y la experiencia nos da mucho y estudiar cuatro años de Teología de algo debe servir". Olid sueña una Iglesia que diga: "Yo te acompaño, te animo, te escucho, te ayudo, y cuando te equivoques también te lo diré".
 
Óscar Millán, joven de parroquia en Tarragona, pide una Iglesia "que sea más un hospital de campaña, que abrace". Millán afirma que hay muchas familias con situaciones muy complejas, "creo que todavía cuesta el acompañamiento de las nuevas dificultades ". Este joven tarraconense pone como ejemplo un encuentro de Carismáticos al que acudió una vez. "No me siento identificado con ellos, pero todas las dinámicas que se hicieron fueron para curar heridas y hay muchos adolescentes que se rompen, se deshacen, hay que buscar la manera de saber abrazar toda esta gente que sufre".
 
Gisela Pruna, supernumeraria del Opus Dei, da un paso más y reclama que hay que ir a las periferias. "Es muy importante ir a aquellos que no creen, hay que acercarse a aquellos que no quieren ver. Toda la vida habrá gente que no querrá creer, porque al final hay un punto de libertad final. No hay que juzgar, que nos enseñen el camino de no juzgar y que nos quede claro, como dice el Evangelio, que he venido a curar a los enfermos, no a los sanos ". Gisela recuerda que cada persona es enferma de algo, y que "cuando alguien a nivel espiritual se ve ya completo quizás es cuando más necesita una revisión".
 
Ernest Casaponsa, de Jóvenes La Salle, pide una Iglesia más horizontal y que aglutine todas las vocaciones de la Iglesia. "Necesitamos una Iglesia que viva los cargos realmente como un servicio, que es lo que deberían ser, y no como poder, que es lo que ahora son". Casaponsa sueña que a los cristianos se les reconozca por tomar "cada decisión con el corazón". Cada vez que le decimos a alguien un no, "no puedes comulgar, aquí no puedes venir …", afirma, "nos estamos equivocando". El amor, explica, "es un mensaje de tesoro y bien sencillo a la vez".
 
Y en la línea de Ernest, Abril Fabà, la más joven del grupo y que se identifica como agnóstica, reclama una Iglesia "aún más representativa de lo que es el conjunto eclesial y también más modernizada, con más presencia femenina y más abierta al tejido social ".
 
Ya tenemos la carta a los Reyes y les planteamos poder dársela en persona al papa Francisco. ¿Qué le dirían si tuvieran el Pontífice delante? Gisela, como todo lo demás, tiene claro que lo primero que le dirían es un "gracias". Algunos otros se aventuran a decir que el invitarían a cenar, "debe de estar muy agotado, tiene mucho trabajo", reconocen.
 
Otros, como Héctor, le dirían: "¿qué necesitas? ¿Quieres que te ayude en algo?" Pero una vez le damos las gracias y le ofrecemos nuestra disponibilidad, también hay algunas demandas concretas. Héctor le pediría consejo para los momentos de duda, y Ernest le pediría la posibilidad de conocerlo, "esto en el fondo es hacer una cerveza con él, le pediría poder sobrepasar la dimensión del cargo y acercarme a la su persona ".
 

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