Su nombre y su espiritualidad fue la inspiración de Don Bosco en la fundación de la Congregación Salesiana, cuya atención se centró sobre todo en el crecimiento y en la educación de las generaciones más jóvenes, con especial atención a los muchachos pobres, con un método centrado en el diálogo y la dulzura, basado en la felicidad, en la docilidad y en el amor.
San Francisco de Sales nació en el castillo de Sales, en Saboya, el 21 de agosto de 1567. Fue bautizado al día a siguiente en la Iglesia de Thorens, con el nombre de Francisco Buenaventura. De niño Francisco fue muy delicado de salud ya que nació prematuro; pero gracias al cuidado que recibía, se pudo recuperar y fortalecer con los años. La madre de Francisco fue Francisca de Boisy una mujer sumamente amable y profundamente piadosa.
Sacerdote celoso e incansable, dados los frutos limitados obtenidos desde el púlpito, inició la publicación de folletos, que dejaba debajo de las puertas de las casas, o los lanzaba por las paredes, mereciendo para esta actividad publicitaria original, el título de patrón de "todos aquellos católicos que, con la publicación de periódicos u otros escritos promueven y defienden la doctrina cristiana” (Pío XI, Encíclica Rerum ómnium, 26 de enero 1923); por eso hoy es el patrón de los periodistas.
Fue un auténtico apóstol de la comarca del Chablais dominada por calvinistas; más tarde fue nombrado obispo de Ginebra, Suiza, convirtiéndose en uno de los grandes maestros espirituales de los últimos siglos siguiendo la máxima: “Si estoy equivocado, quiero cambiar con demasiada bondad en lugar de hacerlo con demasiado rigor”.
San Francisco fue beatificado por el Papa Alejandro VII en el 1661, quien lo canonizó en el 1665, a los 43 años de su muerte.
En el 1878 el Papa Pío IX, considerando que los tres libros famosos del santo: "Las controversias"(contra los protestantes); La Introducción a la Vida Devota" (o Filotea) y El Tratado del Amor de Dios (o Teótimo), tanto como la colección de sus sermones, son verdaderos tesoros de sabiduría, declaró a San Francisco de Sales "Doctor de la Iglesia", siendo llamado "El Doctor de la amabilidad".