Un miembro de la Familia Salesiana española camina decididamente hacia su reconocimiento como santo por la Iglesia. Don Jesús Catalá, obispo de Málaga, celebra un acto solemne el 16 de junio para clausurar la fase diocesana en el camino hacia su beatificación en el Santuario de la Virgen de la Victoria de Málaga a las 20.00.
Una vez más el árbol de la santidad salesiana ofrece su fruto. Este malagueño, cooperador salesiano por más de 50 años, recibió a todos los rectores mayores desde Don Rúa hasta su fallecimiento. Su madre, Carmen, fue una cooperadora de la primera hora que Juan Cagliero y Juan Branda entusiasmaron en 1883. Ella supo inculcar en su hijo el amor a la misión salesiana en favor de los muchachos más pobres y su pasión por Jesús y por María Auxiliadora. Ginecólogo de profesión, hizo de ello un auténtico “sacerdocio”. Salvó, con su dedicación y entrega, a miles de mujeres de un riesgo seguro durante el parto. Fue admirado y reconocido por todas las clases sociales, desde la reina hasta la más humilde mujer malagueña, y por todas las ideologías en tiempos no fáciles. Supo conjugar en grado heroico las virtudes de un caballero cristiano.
Este seglar estuvo siempre atento a las necesidades de los muchachos pobres de San Bartolomé, así como del Ave María. Son múltiples las acciones en favor de los salesianos que llevó a cabo en esos más de 50 años de espíritu salesiano compartido.
Persona de referencia en honestidad y bondad, murió en 1952 entre el cariño y el recuerdo de todos. Ese día llovía, y los malagueños, con ese gracejo propio de los sureños, comentaban: “Hasta el cielo llora por Don José”.
