“La dulce y confortadora alegría de evangelizar” es el texto que el Arzobispo argentino, Jorge Mario Bergoglio leyó en el pre-cónclave ante los 114 cardenales electores, el 9 de marzo de 2013, y difundido bajo autorización por el cardenal Jaime Ortega, presente en el Aula.
Las notas del cardenal Bergoglio, constituyen un documento histórico de lo que sucedió antes de la elección del pontífice. Cada alto prelado tenía tres minutos y medio para opinar cómo debería ser el próximo pontífice y escribió a puño y letra, documento que se conserva en la arquidiócesis de La Habana, Cuba.
“Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de ‘la dulce y confortadora alegría de la evangelizar’”, escribió.
El discurso es el siguiente:
“Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia. ‘La dulce y confortadora alegría de evangelizar’. Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.
1.- Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.
2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma. Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico.
3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual. Ese vivir para darse gloria los unos a otros. Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas.
4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de ‘la dulce y confortadora alegría de la evangelizar’”.