¡Gracias por más de 40 años de vocación educativa!

13 marzo 2017

Pepe Guadix Muñoz Guerrero, maestro de la antigua EGB que posteriormente se licenció en Filosofía pasando a impartir clases a secundaria y bachillerato en la casa salesiana de Palma del Río (Córdoba), pone el broche de oro a cuatro décadas enseñando a numerosas generaciones.
 
Homenajeado al igual que los grandes campeones, con un pasillo formado por alumnos de todas las etapas y compañeros de camino, recogió el cariño a toda una vida. Un premio para Pepe Guadix y todos esos docentes anónimos que hacen grande cada día a la escuela Salesiana.
 
Gracias a las redes sociales también se hicieron presentes en ese homenaje los antiguos alumnos, padres de alumnos y conocidos destacando el tremendo impacto en Facebook con más de 24.900 visualizaciones del video y más de 1.700 Me gusta, así como un montón de comentarios y reacciones de asombro y admiración hacia su persona.
  

Uno de los poemas que circula por las redes sociales, escrito por Fermín Gaínza, dice que “Educar es lo mismo que poner motor a una barca”. ¿Qué siente ahora que llegó la hora de atracar el navío tras toda una vida dedicado a la enseñanza?

Siento que cada uno de los momentos, días y años dedicados a la educación, incluso los menos agradables han merecido la pena al comprobar el cariño y afecto que me manifiestan mis alumnos a lo largo de todos estos años.  Sin embargo no atraco el navío, emprendo un viaje por otros mares u otros ríos en los que espero encontrar otras personas a las que enseñar y de las que aprender muchas cosas nuevas.
 
Poniendo todo en una balanza, ¿qué valores ha intentado inculcar a los alumnos en su etapa como profesor de una casa salesiana?
 
Los valores de la solidaridad, el esfuerzo y la honradez o lo que en definitiva supone llevar a la práctica el lema de Don Bosco “Buenos cristianos y honrados ciudadanos” que en los tiempos que corren no es poca cosa.
 
Con las manos aún llenas de tiza, ¿qué recuerdos se lleva? ¿El mejor momento de todos?
 
Son muchos recuerdos, la mayoría agradables, pero si tuviera que elegir, elegiría dos momentos. El primer día de clase, día de nervios, emoción y esperanza de que la aventura que emprendía me llevara a un proyecto de vida que me haría feliz, y el último día de clase con la sorpresa de esta despedida tan emotiva y de sincero afecto.

¿Un mensaje final a los alumnos que tuvo y a los que están por llegar a las aulas de las casas salesianas?
 
Esfuerzo y autoestima. Que se propongan metas y trabajen y se esfuercen por conseguirlas. Que confíen en su capacidad para llevar a cabo su proyecto de vida superando las dificultades de esa forma serán felices y contribuirán a hacer un mundo mejor.
 
 * Entrevista publicada en el número 25 de la revista SMX, correspondiente a marzo de 2017 

También te puede interesar…

Navidad desde este lado del mar

Navidad desde este lado del mar

Las empresas de telecomunicaciones intensifican sus promociones para esta temporada de Navidad y tienen claro que los inmigrantes necesitan hablar con amigos y familiares.Cuando los años pasan y la permanencia se ha hecho más larga, la tristeza es por...