Vecinos, vecinas. Compañeros y compañeras de corporación, comunidad salesiana, Miguel Ángel, Tomás, Luis, padres y madres, jóvenes, Sr. Director, Sr. Inspector… ¡Qué alegría poder compartir este momento y cómo os agradezco que podamos estar juntos en esta conmemoración!
“Dos por dos son cuatro cuatro y dos son seis, seis y dos son ocho y ocho dieciséis…” Y así hasta cien. Nos gusta celebrar a cientos. Será por múltiplos de diez, o de veinte o de cien. Pero todos los centenarios son múltiplos de 1. Y ahí radica la importancia. Claro que celebrar el centenario de la comunidad salesiana es una gozada.
Pero celebramos porque estas valiosas personas… (El lunes 19 de noviembre de 1917, se inauguraba la presencia salesiana en Villena. Vienen D. Eduardo Gutiérrez (Director), D. Luis Cutillas (maestro de música), D. Ramón Cambó (profesor) y D. Martín Goicoechea (cocinero). Recaredo de los Ríos Francisco Pujolar, Luis Giménez, Lisardo Herrero…) aceptaron el reto que les proponía el párroco Azorín, dieron un paso, y compartieron un año, y el siguiente, y los demás. Y nos invitaron a compartir con ellos. En una Villena de principios del siglo XX cargada de interrogantes, de diferencias, de injusticias y de esperanzas, en una Villena agrícola y jornalera, en la que más del 50 por ciento de niños y niñas no reciben clase: un sueño se iba a hacer realidad.
Por eso celebrando el cien, fijémonos en el uno, el que cada quien pone de su parte: cuando preparáis el bocata a vuestro peque, cuando estáis en la asociación de padres y madres, cuando ilumináis el patio de sonrisas, carreras, canastas o goles, cuando participáis del centro juvenil. El cada día. El paso a paso, el golpe a golpe, verso a verso de Machado nos acerca. Y frente a la cultura de la vanagloria y del triunfo fácil, la de la constancia y el disfrute del esfuerzo compartido.
Os hablo con una doble y tremenda emoción, la del alcalde que vive con agradecimiento este centenario de la obra salesiana, y la del antiguo alumno que conoció vida y amor, sueños, rebeldía y compromiso entre estos patios y entre estas enseñanzas salesianas. La del responsable municipal que con gran satisfacción comprueba que los Salesianos forman parte de Villena como el triguico, las alubias colorás, las penquicas de la laguna y los nabicos del pinar. Y no exagero, muchas cosas de nuestra ciudad no se entenderían sin la presencia de esta comunidad de hermanos. Promoción económica, deportiva, juvenil, conciencia, asociacionismo, formación…
Para varias generaciones, para diferentes ámbitos, en situaciones agradables, con el viento en contra formando parte de la realidad local. Momentos duros los de la guerra civil donde la confusión del golpe de estado puso en riesgo la vida de algunos salesianos, (algunos, Felipe, Eduardo, morirían violentamente en Barcelona o Valencia), momentos difíciles los del final de la dictadura donde este colegio alumbró e iluminó el pensamiento crítico de jóvenes hacia la democracia y la libertad, momentos de prosperidad y excelencia educativa en todos los tiempos…
Villena ha disfrutado de salesianos que pusieron el corazón en el acompañamiento de los jóvenes y que lo hicieron como ejemplo de solidaridad cerca y lejos, entre otros Guillermo o Ramón Moya en Mali, José María Moratalla todavía en el Salvador invitándonos a romper la comodidad y esta sociedad burguesa y consumista.
En estos tiempos de voraz crisis económica y ecológica la figura de Don Bosco entre nosotros nos debe comprometer doblemente con las personas más necesitadas. Peores tiempos eran aquellos en los que Don Bosco miraba con ojos compasivos el dolor de los hijos e hijas de las clases trabajadoras que quedaban excluidos de formación y trabajo y se sintió interpelado para acogerles, enseñarles y ofrecerles esperanza y el corazón entero como ejemplo de vida al servicio de los jóvenes, de los más humildes, de los que no tenían ni un par de zapatos para ir a clase.. De ahí que ver entre las iniciativas del centenario esta propuesta de apoyo escolar bajo el nombre del querido Ángel Tomás es un verdadero bálsamo.
Ver reflejada la obra salesiana en la ciudad es aliento para el acompañamiento a la juventud que muchas veces se siente perdida, sin referentes y sin ilusión para cambiar la realidad como Don Bosco decía. Como bien expresaba vuestro fundador ¿estaremos dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga por los jóvenes? ¿Y hacerlo con dulzura, con simpatía, con alegría? Hoy quiere reafirmar Villena la oportunidad de vuestra presencia.
Toda Villena se enriquece con la presencia de los Salesianos que hoy, en este hermoso salón, parece concentrarse aunque, en realidad son nuestros ambientes los que se llenan de su historia y experiencia.
Villena agradece que sea su ejemplo y corazón lo que ha hecho contagiar de vida y valores a esta ciudad. Seguid en vuestra casa.
GRACIAS.
Francisco Javier Esquembre
Alcalde de Villena