Salesianos Palma del Río acogió del 1 al 12 de julio el campamento urbano Magone, donde se ofrece una propuesta educativa, pastoral y salesiana para más de medio centenar de adolescentes y jóvenes de primero a cuarto de la ESO de la localidad cordobesa y, a su vez, una experiencia de vida comunitaria y religiosa para chicos que están en discernimiento vocacional.
La comunidad estival, formada por tres salesianos y dos jóvenes en discernimiento vocacional procedentes de las casas de Bartolomé Blanco y Nervión, junto a una decena de jóvenes animadores de la localidad, ofreció la posibilidad de continuar su discernimiento vocacional junto a momentos de formación, oración cuidada y acompañamiento durante las actividades pastorales.
Este campamento urbano ha tenido durante todas las mañanas momentos formativos y lúdicos, acompañados de salidas especiales, y un mini campamento de tres días, que cada año llena sus plazas hasta alcanzar el medio centenar de participantes. Concretamente, según explica Dani Sánchez, salesiano participante en el campamento, han realizado varias salidas a la piscina del pueblo para refrescarse, una salida a la playa y otra a Isla Mágica.
Durante las noches de julio el patio de la casa salesiana de Palma del Río se convirtió en un espacio donde ofrecer una alternativa educativa para jóvenes donde disfrutar con el deporte, música y otras actividades.
La comunidad “Bartolomé Blanco” es casa de orientación vocacional y acogida.
Como casa de orientación vocacional, la comunidad Bartolomé Blanco de Sevilla, encargada de la animación de esta actividad, acoge durante todo el año a chicos que quieren tomarse en serio la llamada que Dios les hace y, para ello, ofrecemos un ambiente positivo de relaciones humanas y de vida comunitaria y fraterna, que genera confianza y permite el desarrollo de relaciones sanas, propiciando actitudes de apertura y comunicación.
La propuesta formativa contempla, además, la transmisión de valores que construyen a la persona y completan su maduración personal. Trabajamos en la convivencia cotidiana y en los momentos específicos de las buenas noches salesianas, el coloquio personal o las charlas formativas.
Como casa también de acogida, la comunidad acoge, de acuerdo con la Fundación Don Bosco Salesianos Social, a chicos extutelados en situación de riesgo y exclusión que, tras haber vivido otras experiencias de acogimiento, completan aquí su proceso de maduración y autonomía.
Esta experiencia se propone como un itinerario temporal que puede oscilar entre 6 meses y 2 años, de acuerdo con los procesos personalizados que se establezcan.
Cada curso la comunidad se compone de salesianos formadores, prenovicios, aspirantes y jóvenes extutelados.