Del 29 de junio al 5 de julio un grupo de 41 educadores, salesianos y seglares, que trabajan en los diversos ambientes de la Pastoral Juvenil de la Inspectoría María Auxiliadora (SMX) completaron, en la tierra de Don Bosco, su Formación en Espiritualidad Salesiana (FES) organizada por la Delegación para el Carisma y la Misión Compartidos.
Después de la experiencia vivida en Godelleta durante el mes de enero, en la que los educadores pudieron acercarse a la vida de Don Bosco y a los rasgos de la espiritualidad salesiana de una manera teórica; el grupo de educadores ha recorrido los lugares salesianos del Piamonte para profundizar en la Espiritualidad Salesiana, el Sistema Preventivo y Pedagogía Educativa vivida por el santo de los jóvenes en su oratorio de Valdocco.
En palabras del Delegado para el Carisma y la Misión Compartidos, José Luis Navarro, «la peregrinación a los lugares salesianos del Piamonte supone una experiencia única para profundizar en la vida y la obra de Don Bosco. Recorrer su infancia y adolescencia, pasear por las calles de Turín e imaginar al joven sacerdote que busca cumplir el sueño que Dios tiene para él hasta llegar a Valdocco es un auténtico privilegio».
La peregrinación comenzó en el lugar de nacimiento de Don Bosco, I Becchi, donde los educadores pudieron acercarse a los primeros años de vida campesina del fundador salesiano. Allí redescubrieron la vida sencilla de la familia Bosco, la gran importancia de Mamá Margarita como educadora y la figura de don Calosso como uno de los primeros acompañantes del joven Juan.
El segundo día el grupo se desplazó hasta Chieri para visitar los lugares más significativos en la vida de Don Bosco durante los diez años que duró su formación en la ciudad. Tiempo en el que Don Bosco tuvo que compaginar trabajo y estudio, sobre todo en los cuatro primeros años de su estancia en Chieri mientras estudiaba en escuelas públicas. Concluida esta etapa, no sin dificultades, entró en el seminario diocesano en el que entabló grandes amistades espirituales y se preparó para ser sacerdote. Los educadores comprendieron la importancia del discernimiento en la vida de don Bosco, y se acercaron a un Don Bosco muy humano, con dudas en aquello que Dios le estaba pidiendo. Durante la tarde pudieron conocer también la figura de santa Domingo Savio al visitar Morialdo y Mondonio, expresión de la validez del sistema educativo de don Bosco como camino de santidad para los jóvenes.
El tercer día la peregrinación comenzó con la visita del Turín salesiano, desde el lugar donde realizó sus primeros ejercicios espirituales antes de ser ordenado sacerdote, pasando por el Convitto Eclesiástico y la Iglesia de San Francisco de Asís, lugar donde se produce el encuentro con Bartolomé de Garelli y el momento en el que tradicionalmente reconocemos el nacimiento del oratorio. De nuevo surge con fuerza en esta etapa la importancia del acompañamiento, especialmente de don Cafasso, descubrió a un Don Bosco que se puso en manos del Señor y de su acompañante para descubrir qué es lo que Dios quería de él. Aún sin tener clara la vocación a la que Dios le estaba llamando, Don Bosco comienza su trabajo en el Refugio con la Obra de la Marquesa de Barolo, esperando la construcción del Hospitalillo al que había sido destinado, mientras, de acuerdo con la Marquesa, seguía atendiendo a los muchachos que cada vez le buscan con más fuerza. Se dan algunos años en los que el oratorio se convierte en una obra incipiente que se desplaza itinerantemente por muchos lugares. Los educadores descubrieron aquí las primeras y grandes dificultades que la obra de Don Bosco tuvo para poder asentar el Oratorio. El día terminó en el lugar donde estaba situada la casa Pinardi, inicio de lo que es el Valdocco actual.
El cuarto y quinto día de esta experiencia quiso ahondar en el nacimiento de la obra de don Bosco en Valdocco, la evolución del oratorio, la expansión de la congregación y la construcción de la Basílica de María Auxiliadora para concluir la jornada acercándose a los últimos años de su vida. Una experiencia para conocer los pasos del Don Bosco maduro, ya con una vocación clara de entrega plena a los jóvenes, viviendo plenamente el Da mihi animas, coetera tolle con el nacimiento de la Congregación Salesiana, las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos Cooperadores. El grupo pudo comprender que la obra de don Bosco estuvo llena de dificultades pero que se fue consolidando gracias a los muchos colaboradores que apoyaron de diferentes maneras su obra.
La última parte de la formación, los participantes dedicaron a una mañana de retiro para acercarse de la mano de Don Bosco a su ser educador. La Carta de Roma leída en Valdocco, junto a Don Bosco, fue la protagonista del último momento formativo de esta experiencia que culminó con la celebración de la Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Sales.
«Vivir esta experiencia junto a los laicos con los que compartimos la vida y misión en nuestra inspectoría es un auténtico regalo. Animo a todas las casas a promover entre sus educadores la participación en esta experiencia tan rica que quiere ser un momento formativo intenso que da de lleno en nuestra vocación como educadores con estilo salesiano», finalizaba José Luis Navarro sobre estos días enmarcados en el #VeranoSalesiano.
Concluida la experiencia formativa ya se está preparando la siguiente edición para el próximo año 2025 como un espacio privilegiado de formación para los educadores de las casas salesianas de la Inspectoría María Auxiliadora.