La jornada del viernes comenzó con una Eucaristía en la Iglesia de San Luis de los Franceses, presidida por Monseñor Giovanni Cesare Pagazzi, secretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación.
El Papa Francisco, a través del cardenal D. José Tolentino de Mendonca (prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación), se dirigía a los asistentes con esta bienvenida: “Es importante que la Iglesia reflexione sobre el deporte y lo valore adecuadamente en su acción evangelizadora”. Ya han sido varios los Papas que han apostado por una pastoral del deporte y de la educación, promoviendo el deporte como un lugar privilegiado de encuentro entre las personas y la fraternidad entre los pueblos. Destacó la gran importancia educativa de los adultos en el ámbito deportivo, ya que con sus valores humanos se tienen que conseguir entornos y ambientes deportivos sanos y formativos, impidiendo toda actitud des educadora y toda forma de abuso. (https://revistaecclesia.es/papa-francisco-deporte-iglesia/).
Vida espiritual y vida competitiva
El apóstol Pablo comparó más de una vez la vida espiritual con la actividad competitiva, en particular correr (ver 1 Cor 9, 24; 2 Tim 4,7-8) cuya recompensa es el mismo Cristo. La disciplina y templanza de los deportistas, así como el sano espíritu competitivo a menudo ha sido valorado como metáfora de la vida cristiana virtuosa. El deporte está adquiriendo un papel cada vez más importante en la sociedad, configurando la vida cotidiana de muchas personas. Es una forma de utilizar el tiempo libre que despierta intereses y oportunidades de encuentro, acerca y crea comunidad, dinamiza la vida de manera ordenada y promueve los sueños, especialmente en las generaciones más jóvenes.
Hubo varias intervenciones y ponencias que relacionaban de alguna u otra manera la dualidad deporte y fe, (y que en sus intervenciones nombraron, en más de una ocasión, a Don Bosco y su sistema preventivo), con algunas ideas muy interesantes:
- Hay que educar en la cultura del esfuerzo y del trabajo. Los tres pilares en la educación deben ser: familia, escuela y deporte.
- El deporte tiene que ser una herramienta de inclusión y que rompa barreras.
- El deporte es un terreno fértil donde se puede educar y evangelizar.
- El deporte es el lugar donde cada joven puede dar lo mejor de sí mismo.
- A través del deporte se puede trabajar el perdón y sirve también para aprender sobre el sacrificio.
En las distintas intervenciones también se tocó la relación ideológica entre la Iglesia y el deporte, la visión antropológica del deporte y el cuerpo humano, y como el deporte tiene bases teológicas y culturales muy claras.
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