En la tarde del jueves 18 de abril, la presencia salesiana recibió la distinción de la Villa de La Orotava en la figura de los salesianos Evaristo Rodríguez y Antonio Jiménez que, a título póstumo, veían reconocida su labor en favor de los niños y jóvenes más desfavorecidos.
El acto, que tuvo lugar en el Salón Noble del ayuntamiento de La Orotava, contó con la presencia de numerosas autoridades, entre las que destacaron el alcalde de la ciudad, representantes del gobierno local, y miembros y amigos de la comunidad educativo pastoral salesiana.
‘Toda una vida de entrega a los demás» fue el lema bajo el que se entregó la distinción que recogió el director titular de la presencia salesiana, el salesiano Bernabé Arjona.
La Orotava distingue cada año a villeros a los que quiere recordar para siempre. En este caso destacaba la trayectoria de Antonio Jiménez, que nació en 1923 y falleció en 2017, y de Evaristo Rodríguez, nacido en 1934 y falleció en 2015.
Una larga trayectoria vinculada a la juventud orotavense
El Colegio San Isidro de La Orotava se funda en 1909 tras la impetuosa labor de Don Nicandro González, quien entendió la necesidad de una escuela en el Valle que diera la posibilidad de transformar un entorno que en aquel momento era mayoritariamente agrícola. Fueron los Hermanos de La Salle los que iniciaron la andadura del Colegio. En 1948 el Patronato de la Fundación San Isidro llega a un acuerdo con la Congregación Salesiana para la regencia del colegio, una etapa que ya dura hasta nuestros días. Aquellos primeros salesianos fueron Claudio Sánchez, que ejerció como director; Ricardo Barrueco, Agustín Pacho, Manuel Feijoo, Juan Sánchez, y Víctor Rodríguez, que realizó una gran labor en favor de la promoción social de los villeros más desfavorecidos, los que residían en la zona alta.
Un Colegio con más 100 años de historia que sigue cumpliendo sus objetivos fundacionales; referente en el entorno y transformador de la sociedad.