Maribel Ropero, maestra de Educación Infantil en Salesianos Cartagena, cuenta su experiencia de voluntariado internacional en Bolivia durante este verano.
Después de un periodo de preparación formándome como voluntaria en nuestra ONG Jóvenes y Desarrollo, me he dado cuenta de lo afortunada que he sido por haber tenido la oportunidad, por primera vez, de “acercarme al Sur”, viviendo y conviviendo en una experiencia de voluntariado durante el verano.
En el “Proyecto Don Bosco” de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, tuve una agradecida acogida por parte de TODOS con mayúscula, porque grandes son las personas que lo forman e inmensos sus corazones.
Con el Padre Octavio al frente del Proyecto, todo va viento en popa, porque si no hay viento, ya se encarga él de soplar. Siempre dispuesto a dejarse querer por los que se acercan, que son todos cada día. Su presencia, siempre acompañada de una cálida sonrisa, transmite tranquilidad y sosiego; pero también energía y vitalidad porque algo importante se está cociendo y tiene que salir perfecto; y todo en el Proyecto es importante.
Amén de su mano derecha el archiconocido Paolo; un voluntario indefinido italiano, incansable donde los haya, al que todos los chicos se quieren acercar para juguetear, charlar, llamar su atención y que tan gustosamente les presta empatizando con todos y cada uno de ellos. Su dedicación y empeño el sello de calidad.
Detrás de un gran Proyecto un magnífico equipo de personas, psicólogos, trabajadores sociales, coordinadores y educadores, cuya preocupación por los niños va más allá de sus funciones.
La casa de acogida donde tuve la oportunidad de compartir gratos momentos, "Patio Don Bosco", mantiene el calor de un hogar donde los niños abandonados, con maltrato sexual, maltrato físico, extraviados, en definitiva, niños en situación de calle, son acogidos y atendidos de forma integral.
Gracias, gracias y mil gracias, porque toda mi estancia ha sido un continuo aprendizaje de la fuerza y entereza de unas criaturas que, a pesar de las dificultades, el abandono emocional que padecen, las carencias de las que son conscientes, mantienen la ilusión por aprender, experimentar y conocer el mundo.