‘Desde mi ventana’

3 septiembre 2016

Hoy sábado se nota el trasiego de peregrinos venidos a la canonización de Madre Teresa. Ya por la mañana, afluían a la plaza de San Pedro, para la audiencia papal. En el balcón central de la basílica de San Pedro, cuelga el tapiz con la imagen de la nueva santa.


Antes de comer bajo a la calle, entre la masa que deambula a la salida de la audiencia. Se nota el clima de entusiasmo que suscita esta santa mujer. Gente de todas las edades y razas, se oyen diferentes idiomas, también muchos en español. Entre los grupos me llama la atención, grupos de la india, de África, de Brasil. Por supuesto cautivan por su sencillez las monjas de la caridad de Madre Teresa, con su sari blanco y ribetes azules.


En nuestra casa, la cocinera que es albanesa, refleja el contento de Albania, por la mujer, crecida bajo el comunismo y ateísmo feroz. Y por si fuera poco, un salesiano indio de la comunidad, conoció personalmente a Madre Teresa, pues vivía a un kilómetro de su casa, y guarda gratos recuerdos de esta santa de nuestros días.

 

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