El Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) es un movimiento de comunión de diferentes grupos y asociaciones juveniles integrados en la Pastoral Juvenil Salesiana, unidos por la propuesta educativa y evangelizadora inspirada en el espíritu y estilo de San Juan Bosco y Santa Maria Domenica Mazzarello.
En su proceso de coordinación, durante el fin de semana del 20 al 22 de octubre tuvo lugar en Barcelona (Sarrià) el encuentro de inicio de curso de su Consejo Permanente con el objetivo de formarse, revisar la JMJ y programar las actividades previstas para este año.
“Entre ellas destacan el Foro MJS y la Asamblea Confederación durante los días 10,11 y 12 noviembre en Mohernando (Guadalajara). Y también… ¡Campobosco del 30 de julio al 8 de agosto 2024! Sí, sí habéis leído bien… ¡Campobosco! Estamos calentando motores, pensando en el lema, coordinación y grupos. Os invitamos a reservar estas fechas y estar atentos a nuestras redes del @mjs_es para que no os perdáis ni un detalle”, compartían desde la organización sobre las novedades.
Aunque no todo ha sido trabajar. “Hemos tenido tiempo de convivencia, paseos por Barcelona, degustación de comida típica como el pa amb tomàquet… Como veréis, ser parte del MJS es una suerte y una riqueza. Gracias por ser parte de este sueño”, añaden..
Sobre el MJS
Nació oficialmente en 1988, centenario de la muerte de San Juan Bosco. Sus orígenes se encuentran en el Movimento dei Oratori Giovanile Salesiano (MOGS), cuando en Italia, en la década de 1970, los jóvenes de los oratorios salesianos promovieron los primeros encuentros para compartir la experiencia de vivir el carisma salesiano. Como la participación en estos encuentros comienza a incluir no solo a jóvenes de los oratorios sino también de los diversos ambientes de los salesianos, el nombre se cambia a MJS (Movimiento Juvenil Salesiano, o MJS). En las décadas siguientes el movimiento creció y se hizo presente en las diversas obras salesianas repartidas por el mundo.
El MJS, como movimiento educativo ofrecido a todos los jóvenes para convertirlos en sujetos y protagonistas de su crecimiento humano y cristiano, con impulso misionero, capacidad de participación activa en el entorno y de inserción y apoyo a la Iglesia local, propone una espiritualidad basado en cinco núcleos:
- Espiritualidad cotidiana, un lugar donde los jóvenes reconocen la presencia de Dios y experimentan su propia realización personal.
- Espiritualidad de alegría y optimismo en la vida cotidiana, sin renunciar al compromiso y la responsabilidad.
- Espiritualidad de la amistad con el Señor Jesús, de la que nacen los motivos de esperanza en la vida.
- Espiritualidad de comunión eclesial, ámbito natural de crecimiento en la fe, a través de los sacramentos y la devoción mariana.
- Espiritualidad de servicio responsable, a través de la colaboración activa con los más desfavorecidos.