NARRADOR: En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar.
DISCÌPULO 1: Maestro, Jairo, que es jefe de la sinagoga, quiere verte.
JESÚS: Decidle que venga.
NARRADOR: Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia:
JAIRO: Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva.
DISCÍPULO 2: ¿Qué vas a hacer?
NARRADOR: Se fue con él, y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor.
NARRADOR: Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando:
MUJER: Con solo tocarle el manto curaré.
JESUS: Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba:
MUJER: ¿Quién me ha tocado el manto?
DISCIPULOS: Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”
NARRADOR: Él seguía mirando alrededor, para ver a la que había hecho esto. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que le había ocurrido, se le echó a los pies y le confesó toda la verdad.
JESÚS: Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz y queda curada de tu enfermedad.
NARRADOR: Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle:
FAMILIAR: Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?
NARRADOR: Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga
JESÚS: No temas; basta que tengas fe.
NARRADOR: No permitió que lo acompañara nadie más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegan a casa del jefe de la sinagoga y encuentra el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos y después de entrar les dijo:
JESÚS: ¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta; está dormida.
GENTE: Este Jesús está un poco pirado. ¿No se da cuenta que la niña está muerta?
NARRADOR: Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo.
JESÚS: Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»
NARRADOR: La niña se levantó inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y quedaron fuera de sí llenos de estupor. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
No la conocías pero creyó en ti,
estaba convencida que con solo tocarte,
ella se curaría y así fue.
Tú te diste cuenta de lo que había pasado
y preguntaste quién te había tocado,
fue allí donde esa mujer se presentó y dijo
lo que había pasado en ella.
Y Tú valoraste su actitud y su fe diciéndole:
“… tu fe te ha salvado…”.
Señor, al ver lo que le pasó a esta mujer,
ayúdame a conocerte cada vez más,
a creer en Ti, a tener Fe.
para que mi vida este empujada por Ti
Auméntanos la fe y ayúdanos a creer siempre más en Ti.