NARRADOR: En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; estos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
GENTE: Señor, queremos ver a Jesús.
NIÑO 1: ¿Y pudieron ver a Jesús?
NARRADOR: Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
JESÚS: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde
NIÑO 2: ¿Que quería decir Jesús con esto?
NARRADOR: Ahora sigue explicando y lo entenderéis.
JESÚS: Y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo honrará.
Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré? ¿Padre, líbrame de esta hora? Pero si por esto he venido, para esta hora: Padre, glorifica tu nombre
VOZ: Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.
NARRADOR: La gente que estaba allí y lo oyó, decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
JESÚS: Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
NARRADOR: Esto lo decía dando a entender la muerte con que iba a morir.
de amor y armonía con nuestros padres, amigos…
Y por la vida que nos das llena de alegría y amor.
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