NARRADOR: En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto.
SANTIAGO: Maestro, ¿dónde vamos? Estoy cansado.
PEDRO: Ya no puedo más, ¿estamos subiendo a una montaña?
NARRADOR: Se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
JUAN: ¿Con quién hablas, maestro?
NARRADOR: Hablo con Elías y Moisés.
PEDRO: Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
NARRADOR: No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
DIOS: Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo.
NARRADOR: De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte…
JESÚS: No contéis a nadie lo que ha pasado hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.
NARRADOR: Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de “resucitar de entre los muertos”.
y lléname de Ti.
Hazme ahondar en tu misericordia, en tu perdón, en tu amor.
Hagamos tres tiendas y muéstrame al Padre
para que le escuche y me impulse
a salir al encuentro de los hermanos.
Hagamos tres tiendas, Señor, y…