La fiesta colegial en honor a María Auxiliadora tuvo lugar el pasado viernes en una jornada emotiva y divertida, en la que se sucedieron los gestos a la Virgen, como el de Primaria: una coreografía con pañuelos de colores en el escenario y en el público. Toda la comunidad educativa ofreció a la Virgen flores de diferentes colores para la especial ofrenda en su honor, que se realizó en una estructura con la imagen de María en lo alto. Un momento muy especial fue cuando José Joaquín Gómez, director de la casa, pidió silencio y oración por los salesianos de Alepo; todos los presentes han rezaron y pidieron por ellos; la celebración concluyó con un avemaría.
El salvavidas de los estudiantes caídos
Es fácil que un profesor aburrido aburra, al igual que es fácil que un profesor entusiasta entusiasme. “Ahora me gusta levantarme por la mañana, me levanto contenta, aunque suene mal”, cuenta simpática una estudiante de 14...