"¿Cuánto estamos dispuestos a hacernos cargo del sufrimiento de otras personas, limitando nuestra vida y hacer espacio para los necesitados?". Esta es la pregunta que se han hecho algunos Cooperadores Salesianos de Italia central. La respuesta fue que, de frente a los horrores de la guerra; vale la pena afrontar las complicaciones y dificultades burocráticas para restituir la serenidad y la dignidad a aquellos que buscan ayuda.
“La primera vez que vimos la guerra por televisión, nos parecía distante – narraron de esta manera los cónyuges sirios en Italia – Luego golpeó nuestra casa y tuvimos que mudarnos a vivir al centro de la ciudad. Durante tres años vivimos los 4, en una sola habitación, sin dejar de creer en nuestros valores y participar en las actividades del Oratorio Salesiano, que supo ayudarnos”.
Debido a la guerra, la pareja ha perdido la casa, el trabajo y la posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela, ya que muchos edificios han sido confiscados por del ejército.
Mientras esto ocurría en Siria, los dos Cooperadores promotores de esta idea, aprovecharon y participaron del 4º Congreso Regional de la Asociación de Salesianos Cooperadores, celebrada en Pianezza (TO) en abril de 2015, para proponer a los Delegados y a los Coordinadores de la región de Italia-Malta- Medio Oriente, para dar la bienvenida en Italia, durante el verano, a una familia de Siria, para hacerla participar en un programa de formación. Poco después, fue realmente una familia siriana, con hijos, que pidió venir a Italia sin contravenir las leyes, debido a la imposibilidad de vivir en esos lugares a causa de la guerra.
Gracias a la intervención de la Asociación de Salesianos Cooperadores y el grupo “Cerchi d’Onda Onlus” han sido capaces de cumplir con la petición. Llegados a Italia, fue muy valiosa la red humana que crearon y gracias a la generosidad de la gente de la obra "Don Bosco Boys Town", y el Centro Astalli y Cáritas. Una gran ayuda provenía principalmente de los más sencillos, que fueron disponibles; encontrando alojamiento y todos los medios de primera necesidad para esta familia, dándose cuenta de tantos pequeños milagros inesperados.
“Se ha querido respetar las leyes que a menudo se enfrentaron con la burocracia, y nos encontramos con varios obstáculos en el camino, pero todo se ha ido resolviendo en el camino, dando a la familia el equilibrio y el sabor de la normalidad cotidiana. Fue una acción buena en el año de la misericordia” – concluyeron los coordinadores del proyecto.