“El quedarse en lugares marcados por la división y la pobreza es testimonio de la fe en el mensaje cristiano”. Así escribió el salesiano Francesco Cereda, Vicario del Rector Mayor, para explicar el significado de la presencia salesiana en Yemen, que al igual que la hermanas Misioneras de la Caridad, sólo se puede entender desde la óptica de un servicio de misericordia hecha a Dios y a sus hermanos necesitados.
Salesianos y Misioneras de la Caridad han tenido una cooperación estrecha, teniendo en cuenta que son las únicas dos Congregaciones religiosas en el país. Fue la madre Teresa de Calcuta, cuando en 1973 aceptó la invitación del gobierno y de las autoridades de Yemen del Norte para abrir un hogar para personas con discapacidad. A insistencia del gobierno, las hermanas pidieron la presencia de sacerdotes. Un deseo realizado gracias a la ayuda de los salesianos de la Inspectoría de India-Bangalore.
Cuando los Salesianos llegaron el año de 1987 junto a Mons. Giovanni Bernardo Gremoli, OFMCap., Como Vicario Apostólico de Arabia meridional, encontraron todas las iglesias existentes en manos extrañas. Gracias a los esfuerzos y a la buena voluntad de algunos funcionarios del gobierno, a pesar de las amenazas, se logró recuperar tres Iglesias.
Para los misioneros, la vida en Yemen nunca ha sido fácil. Han estado siempre con amenazas y con problemas. En 1998, un delincuente mató a tres Misioneras de la Caridad, dos hermanas de la India y una hermana de filipinas, en Hodeidah.
Los Salesianos y las Misioneras de la Caridad que pasan su vida entregada a Dios y a sus hermanos en Yemen son conscientes de las dificultades y de los peligros. El país es mayoritariamente islámico. Los religiosos y las religiosas se encargan de las pequeñas comunidades católicas presentes en el lugar, constituidos totalmente por los migrantes de Filipinas, India y Sri Lanka, y ofrecen servicios humanitarios a toda la población.
Los eventos relacionados con la llamada "primavera árabe" del año 2011 y la posterior rebelión contra el presidente Ali Abdullah Saleh, contribuyeron a transformar una situación difícil en un verdadero desastre. La subsiguiente guerra civil, que comenzó en marzo de 2015, causó, según los datos de la ONU, cerca de 6.000 víctimas (de los cuales la mitad de la población es civil) y cientos de miles de desplazados. Entre otros resultados también se ha provocado el cierre de la embajada de la India en el país y el consiguiente retorno de 3 de 5 Salesianos presentes en el lugar.