El Papa Francisco ponía fin el domingo 6 de agosto por la tarde a los actos de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023 con su encuentro con los voluntarios. Al final de cada JMJ, el Santo Padre se reúne con aquellos sin los cuales la organización de la JMJ no sería posible, agradeciéndoles su compromiso y servicio. “Han trabajado durante meses, discretamente, sin ruido ni protagonismos. No sólo eso, han sido un ejemplo de equipo trabajando juntos. Pero el de ustedes, más que un trabajo, ha sido un servicio”. Esas fueron las palabras de agradecimiento a los más de 25000 jóvenes representados en Algés.
Este voluntariado ha sobrepasado las fronteras de Portugal y también se ha hecho presente en las inspectorías salesianas de España. Una muestra pudo verse en Zaragoza. “Nuestra casa ha estado presente en la JMJ con 30 jóvenes, pero han sido muchos más los que han dedicado su tiempo para que esta experiencia fuera la mejor para los participantes”, explicaban.
Alrededor de 1400 jóvenes polacos e italianos han pernoctado en las instalaciones de la casa salesiana como punto de paso hasta Lisboa. “Desde el 25-26 de julio han pasado por aquí 375 polacos del MJS, los días 29 y 30 de julio nos visitaron 400 jóvenes de la Inspectoría Lombardo – Emiliana, y por último los días 7 y 8 de agosto nos visitaron de regreso a Turín casi 600 jóvenes de la Inspectoría de la Circunscripción del Piamonte”, explicaban. “En todos los casos se ofrecieron desayunos, cenas y pic-nic para la comida o el viaje”.
Alrededor de 25 voluntarios (profesores, padres, jóvenes, grupo Anawin, SDB, etc) fueron los encargados de acoger, acompañar a los peregrinos durante su estancia en la ciudad de Zaragoza, especialmente en la estancia en el Colegio Salesiano Nuestra Sra. del Pilar.
“Para los voluntarios ha sido una forma de vivir el encuentro desde la acogida en la propia casa, encontrarse con la fe y alegría de estos jóvenes testigos de todo un camino recorrido en sus lugares de origen y en la Jornada mundial de la Juventud.
Se ha puesto en valor una vez más la fuerza de una misión desde la propia casa de Zaragoza que descubre la fuerza del carisma salesiano y al servicio de los jóvenes”, compartían.
Estar en Zaragoza ha sido sobre todo un lugar para encontrarse en la Basílica del Pilar y celebrar la Eucaristía en la propia Basílica. Alguno de los grupos la celebró en la Parroquia Salesiana de Nuestra Sra. de Montserrat.
“Desde aquí nuestra gratitud a estas tres inspectoría que nos han visitado y han sido un ejemplo de trabajo, oración y generosidad. Gracias a todos los voluntarios y voluntarias han puesto todos sus dones al servicio de los demás. Han hecho posible que los jóvenes estuvieran en su casa, sirviéndoles y estando entre ellos. Muchas gracias”, concluían en la despedida.