La Templar de Monzón surge de la creatividad y la alegría de sus exalumnos salesianos

12 julio 2023

Hace unos años, Nicolás Fortuño y un puñado más de jóvenes, todos ellos antiguos alumnos desde primero de EGB de Salesianos Monzón, tuvieron un sueño: crear una de carrera diferente, creada por amigos y para amigos que mezclara el fiesta, deporte y cultura a la vez.

De ahí surgió la idea de la Templar de Monzón que desde el inicio marcó esa frescura de una iniciativa pionera que mezclaba la música, con una carrera que comenzó siendo de 2,5 km y 14 corredores y el ambiente templario y su castillo.

Nueve ediciones después se mantiene esa misma idiosincrasia, pero siendo una de las carreras más importantes de España con 1.753 corredores y más de 5.000 personas de público disfrutando de ese sueño de unos pocos jóvenes cuyo primer evento fue realizar un “Día del Deporte” en 2011 en el patio interior de Salesianos Monzón con el fin de recaudar fondos para una ONGD de Costa Rica.

En esta carrera con obstáculos se pueden escoger diferentes recorridos de menos dureza a una no apta para personas que no están en forma. Los recorridos son los siguientes: 6,5 km llamada familiar en la que los adultos tienen que correr con niños de 8 a 11 años, la versión “Sargentos Templarios” con camiseta negra que corren 8,5 km y la más dura “Caballeros Templarios” que cursan con camiseta blanca. En las tres versiones se abarca tanto tramo urbano como zona de monte y todas suben al monumental castillo de Monzón.

Durante la carrera, los corredores tienen que sobrepasar obstáculos naturales y artificiales tales como el propio río Sosa que pasa por la ciudad, muros de pacas de paja de 3 m, pirámides de 5 m de altura, andamios, contenedores con agua y unos tubos por los que los corredores tienen que trepar para poder continuar hasta meta.

Además de estos obstáculos, varias asociaciones de la ciudad participan activamente en la carrera. Los chavales del Quebrantahuesos Rugby son un verdadero muro en la salida, los timbales y bombos de Sonus Venti hacen que retumbe el pueblo antes de la salida, las actuaciones de Loncán, Navarrete y Trotamundos Teatro dan el punto teatral a la carrera y los jugadores del club Datchball Monzón son como verdaderos cañones preparados para lanzar sus bolas contra los corredores, así como otras muchas asociaciones sin las cuales esta carrera no podría salir adelante.

Se puede competir tanto individualmente como por equipos, y es muy común ver a grupos de amigos o incluso familias participando juntos para superar la carrera. Si por algo es conocida la carrera, es por la gran participación de jóvenes que vienen desde todos los puntos de la geografía aragonesa a retarse ante esta prueba templaria. En palabras de uno de sus organizadores “Ver correr y disfrutar a los chavales de la ciudad es el mayor aliciente para seguir organizando la prueba año tras año.”

Este año participaron alrededor de 1.753 corredores y las cifras van en aumento. Una novedad de este año fue la Mini Templar, donde casi 2.000 escolares de primaria del pueblo pudieron disfrutar de la versión mini de esta prueba.

Monzón recibe también muchos visitantes durante el fin de semana en que se celebra la prueba, pues el ambiente y la alegría que se respira en la ciudad ese día es contagiosa. Es indescriptible ver la sonrisa en la cara de los participantes al terminar la prueba, satisfechos consigo mismos por haber dado todo.

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