Después de la multiplicación de los panes, al día siguiente la gente se puso a buscar a Jesús, al no encontrarlo atravesaron el lago. Cuando lo encontraron en la otra orilla, le preguntaron cómo había llegado allí. Pero Jesús les dijo que se preocupasen más por el pan que baja del cielo. Ellos se creían que hablaba del maná, pero Jesús les aclaró que él se refería a él mismo y dijo: «Yo soy el pan vivo que ha descendido del cielo».
Señor, ¡dame siempre de tu pan, de ese pan de la Eucaristía,
de ese pan que nos enseña el camino que tenemos que seguir!
Lléname de Ti y ayúdame a llevarte a los demás.
Vamos a jugar

Pinta el dibujo
